Por Leonardo Beltrán
El 1 de septiembre de 2021, el presidente Andrés Manuel López Obrador pronunció un discurso con motivo del tercer informe anual del gobierno sobre el estado del país, marcando el final de la primera mitad de su administración. El sector energético estuvo en la parte superior del discurso del presidente, subrayando la importancia asignada a las políticas de refinación y generación de energía.
En el sector de los hidrocarburos, las políticas descendentes y ascendentes están alineadas. López Obrador reafirmó el objetivo de aumentar la capacidad de refinación para satisfacer la demanda local. En cuanto a la exploración y producción, la prioridad es suplir las necesidades internas. Sin embargo, recordemos que en el primer semestre de 2021, las exportaciones netas de energía de PEMEX representaron el 6.4 por ciento de la balanza comercial de México y contribuyeron con US$4.7 mil millones al superavit (superávit económico) observado en el país durante este período. Por lo tanto, si esta política se mantiene a lo largo de la segunda mitad de la administración, en el mediano plazo, la refinación continuará siendo un área caliente para las oportunidades de negocios para apoyar los proyectos de PEMEX, y podría haber buenas perspectivas en el desarrollo ascendente para las empresas a expensas de la participación de mercado de PEMEX, a menos que haya apertura para trabajar en conjunto con el sector privado.
Para el sector eléctrico, la atención se centró en el fortalecimiento de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), a través de una reforma constitucional que se enviará al Congreso, y la actualización de los activos hidroeléctricos de cfe para reducir la generación de energía a partir de fueloil y carbón. Se espera que la propuesta incluya la reformulación de las reglas de despacho existentes para permitir que la empresa nacional de servicios públicos sea la primera en la línea, a pesar de que CFE sigue siendo el jugador dominante en el mercado mayorista de electricidad. Dados los resultados de las elecciones de mitad de período en junio, la nueva composición de las legislaturas federal y estatal no apunta a las condiciones para que una super-mayoría (dos tercios del Congreso federal a favor, y el 50 por ciento más una de las legislaturas estatales votando por el cambio con dos tercios de apoyo en cada uno de los congresos estatales) apoye esta reforma. En cuanto a la generación de energía, la energía hidroeléctrica sigue siendo un área atractiva para el desarrollo empresarial a fin de adquirir el equipo necesario para actualizar los activos existentes.
Otro elemento a destacar fue el protagonismo dado a la relación con Canadá y Estados Unidos donde López Obrador indicó que el acuerdo trilateral avanza, y representa producción, empleos, mejores salarios y crecimiento en el norte del continente americano. Esta declaración no sólo refleja la importancia del comercio para México y la región, sino también las sinergias y oportunidades inherentes que la integración crea para América del Norte. Además, con la reanudación del Diálogo Económico de Alto Nivel México-Estados Unidos (MX-US HLED) a finales de este mes, donde una de las áreas de cooperación es la infraestructura fronteriza, podría haber una ventana de oportunidad para acelerar la integración económica y comercial.
El resurgimiento de la integración económica bilateral llega en un momento muy oportuno. El mes pasado, el Senado de los Estados Unidos aprobó un proyecto de ley de infraestructura en el que un área de enfoque sería mejorar los sistemas de energía, incluso mediante la construcción de miles de millas de líneas de transmisión nuevas y resistentes para facilitar la expansión de la energía renovable. Además, en su perspectiva más reciente de costo nivelado de la electricidad (LCOE), Bloomberg New Energy Finance presenta los costos prospectivos para las tecnologías solares y eólicas hasta 2050 en todo el mundo, y en el escenario más bajo, el LCOE tanto para México como para los Estados Unidos (US $ 19.8 por megavatio / hora) sería un 26 por ciento más bajo que el promedio mundial (US $ 28 por megavatio / hora).
En la frontera entre México y Estados Unidos, hay 11 líneas de interconexión eléctrica, de las cuales sólo dos operan sincrónicamente con California y el Consejo Coordinador de Electricidad del Oeste.1 Por lo tanto, si queremos aprovechar esta alineación de objetivos e incentivos, — ya acordado área de enfoque para la cooperación bilateral (infraestructura fronteriza); los objetivos de energía renovable existentes en ambas jurisdicciones, en consonancia con los compromisos nacionales e internacionales de aumentar la adopción de tecnologías de energía renovable para ampliar y acelerar la transición a economías hipocarbónicas; y beneficiarse de los precios más competitivos del mundo de las tecnologías de energía limpia para mejorar la competitividad de la región, un punto en la agenda del presidente López Obrador y el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, y, por lo tanto, el próximo HLED MX-US de septiembre de 2021, debe priorizar la discusión en la integración energética y los puntos de acción para la construcción de un corredor bilateral de energía limpia.